BUENAS INTENCIONES

«La intención no importa, Miranda. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones»

Un cadáver desnudo a los pies de la estatua de El Ángel Caído. Una serie de macabros asesinatos cuya única relación es su contacto con los manuscritos inéditos de Norma Seller y Miranda Grey. Una huida hacia delante por un Madrid lleno de secretos para escapar de la organización secreta que no se detendrá ante nada para proteger la oscura verdad que se escondía tras los negocios turbios de Daniel Urtice.

Y Caliban.

Barrio de las Letras, Madrid. Aquí es donde, compartiendo piso con una antigua amiga de la infancia, sobrevive Miranda García.

Miranda García no quiere saber nada de asesinatos, investigaciones policiales ni secretos del pasado. Todo eso está muy bien para las novelas y las películas de sobremesa que ponen en televisión los sábados por la tarde, pero no para la vida real.

Miranda García (por fin) empieza a ver la luz al final del túnel: ha terminado de escribir en un tiempo récord su nuevo libro, Buenas intenciones; Jesús ha logrado vender los derechos a una misteriosa editorial junto con los de Malas influencias, de Norma Segura; y Álex acaba de conseguir su traslado a Madrid.

Podría decirse que Miranda García ha aprendido la lección.No quiere saber nada de lo que ocurrió en Punta de la Escalera hace un año y medio.

Ha encerrado a Miranda Grey en lo más profundo de un cajón cerrado con llave y no tiene la menor intención de sacarla de allí.

Sin embargo, los mensajes de un desconocido en el móvil, el cadáver de un hombre desnudo junto a la estatua de El Ángel Caído en el parque de El Retiro y una explosión están a punto de terminar con todo eso.

Barrio de las Letras, Madrid. Aquí es donde, en un piso compartido, aguarda su turno Miranda Grey.

Aquí es donde da comienzo Buenas intenciones.

«Trama compleja en la que el autor sabe mantenernos expectantes y desorientados. “Buenas intenciones” es una excelente segunda parte de “Malas influencias”»

Críticas Polares

«Una de las propuestas más potentes de la actual novela policial» 

Violeta Lilla para Anika Entre Libros

HABLEMOS DE COARTADAS

No me gustan las presentaciones formales. Probemos así… 

Me llamo Marc R. Soto y encontré la coartada perfecta a la edad de once años.

Desde entonces he hecho uso de ella tantas veces que he perdido la cuenta de los cadáveres que han ido quedando en el camino.

Hasta la fecha no ha llamado nadie a mi puerta para pedir explicaciones, ningún agente de policía se ha presentado en mi casa con una orden de registro y ningún fiscal me ha sentado en el banquillo de los acusados.

En realidad no espero que lo hagan nunca.

Porque mi coartada es infalible, y lo saben.

Saben que si un día mi foto ocupara las portadas de todos los diarios, yo me saldría de rositas.

Saben lo que ocurriría en la sala del juzgado si, tras escuchar la interminable lista de delitos de los que se me acusa, el propio Juez abandonara su silla para acercarse al estrado e interrogarme directamente:

—¿Dónde estaba usted en el momento en que tuvo lugar cada uno de los crímenes, señor Soto?

Lo saben. Claro que lo saben.

Saben que me limitaría a sonreír y responder con toda la calma del mundo:

—Escribiendo, señor juez.

ALGUNOS DE MIS LIBROS

Buenas intenciones

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